La Bandera Nacional: símbolo de unidad y esperanza para Honduras
- Revista La Mañana
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Cada 1 de septiembre, Honduras rinde homenaje a uno de sus símbolos más sagrados: la Bandera Nacional. Este estandarte azul y blanco, que ondea con orgullo en plazas, escuelas, instituciones y hogares, representa la identidad, la soberanía y la esperanza de todo un pueblo.

El origen de la Bandera Nacional se remonta al 7 de marzo de 1866, cuando el presidente José María Medina decretó su creación. Inspirada en los colores de la antigua Federación Centroamericana, la bandera hondureña está compuesta por dos franjas azules que evocan el mar Caribe y el océano Pacífico, mientras que la franja blanca simboliza la paz y la pureza de la patria. En su centro, cinco estrellas azules recuerdan el anhelo de unión centroamericana.
Con el paso del tiempo, este emblema se ha convertido en un recordatorio permanente de los valores que unen a los hondureños. Desde las aulas de clase, donde cada estudiante promete fidelidad a la bandera, hasta los actos oficiales en los que ondea solemne, el pabellón nacional transmite un mensaje de orgullo y compromiso con la patria.
El Himno Nacional lo expresa con fuerza al rendirle honor: “Tu bandera, tu bandera es un lampo de cielo, por un bloque de nieve cruzado…”, versos que evocan la grandeza del estandarte que guía a la nación.
Más allá de su valor histórico, la Bandera Nacional es un símbolo vivo que recuerda los sacrificios de quienes lucharon por la libertad, pero también el deber de cada ciudadano de contribuir a la construcción de un país más justo y solidario.

Hoy, en el Día de la Bandera, Honduras entera se viste de azul y blanco para reafirmar que, pese a los desafíos, la identidad y la esperanza de un pueblo permanecen intactas. La bandera es, en definitiva, el reflejo de una nación que no renuncia a sus sueños de paz, unidad y progreso.
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