Desmienten muerte del violinista Melbin Saravia, pero se necesita ayuda por su estado grave de salud
- Sara Florencia Salgado

- 16 jun 2021
- 2 Min. de lectura
Durante las últimas horas, causo conmoción entre el pueblo hondureño, la noticia de la muerte del querido violinista Melvin Saravia, sin embargo, en las últimas horas se ha confirmado que se encuentra vivo, pero en un delicado estado de salud.

La noche de este martes, la Orquesta de Cámara Vivaldi Honduras, a través de una publicación en sus redes sociales había anunciado la noticia de su deceso, no obstante, horas después hizo una aclaración pública, revelando que se trató de una mala información; encontraron con vida al talentoso hondureño, en una clínica de la capital.
Melbin quien también es conocido entre sus colegas y amigos como "Calandria" y por otros tantos como "el violinista de la peatonal", es un destacado y talentoso músico de nuestro país, que se ha gando el cariño de cuantos hemos tenido la gran oportunidad de disfrutar de su talento.
Ahora más que nunca, nuestro amigo necesita apoyo.
Si usted desea ayudar puede comunicarse con la ” Orquesta de Cámara Vivaldi Honduras”, que dará indicaciones para hacerle llegar la colaboración.
CONOZCAMOS UN POCO DE SU TRAYECTORIA:
El violinista, tiene 50 años y es originario del Barrio las Palmas, de San Pedro Sula, ciudad en la que estudió en la Escuela de Música Victoriano López, descubriendo su pasión y talento por el violín.
Según contó en varias ocasiones, su primer contacto con un instrumento fue cuando de niño, su tío compró una flauta a un borracho para que este dejara de hacer ruido con la misma.

Durante seis años vivió en México donde obtuvo una beca y continuó enriqueciendo sus conocimientos y técnicas en la música.
Regresó a Honduras y formó parte de la Filarmónica Nacional, también la orquesta de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

A mediados de 2015, se quedó sin empleo, por lo que decidió instalarse en el centro de la capital, su violín, su talento y su traje formal eran sus instrumentos de trabajo, sus melodías le alegraban el día a cuantos tenían el placer de escucharle y complacidos con sus interpretaciones colaboraban con el artista dejando dinero en el estuche de su instrumento.
Ahora necesita de nuestro apoyo, nuestros artistas precisan de oportunidades que impulsen y desarrollen el arte y sus talentos, que sean reconocidos como una digna profesión y arte que enaltece a nuestro país y dignifica a aquellos que la practican.
Esperamos su pronta recuperación.




















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