Las antiadherentes, una tendencia que sigue pegada
- Yasmine Zelaya

- 3 oct 2020
- 2 Min. de lectura

Supuestos de toxicidad, cáncer y hasta ‘conspiraciones de la industria’ se cuecen sobre los recubrimientos antiadherentes que evitan que los alimentos se peguen durante su cocción y que, estos días, suben la temperatura del universo foodie, al ser las superficies imprescindibles de las ollas del momento: las freidoras de aire. Sin embargo, los expertos desmienten las hipótesis de supuestas emisiones de gases tóxicos y a su vez, comparten sus tips para sacarles el jugo a los aliados de los fogones saludables.
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), miembro de la Organización Mundial de la Salud (OMS), asoció al ácido perfluorooctanoico (C8), presente en las superficies antiadherentes, a la posibilidad de riesgo de cáncer”
Para su planteamiento, la IARC se basó en los hallazgos de problemas respiratorios y algunas incidencias de cáncer en los trabajadores y habitantes de las zonas circundantes a las fábricas de este tipo de materiales, al inhalar los vapores emitidos por dicho ácido al alcanzar temperaturas por encima de los 200 grados.
Por fortuna desde hace años este compuesto está prohibido en las superficies antiadherentes. Hoy se usan otros avances técnicos que no liberan esos gases tóxicos; además, al cocinar no estamos expuestos a altas dosis de estos vapores, ni de forma crónica; nuestras cocinas son abiertas y nunca llegamos a los 200 grados .

Si bien al pensar en ollas antiadherentes lo primero que llega a la mente es el Teflón, vale la pena destacar que éste es la marca de registrada de un tipo de antiadherente que, con los años, se convirtió en un término genérico para referirse a los utensilios que no permiten que los alimentos se adhieran.
Dentro de sus grandes beneficios están la reducción del uso de grasas o aceites, de tiempo y de trabajo pues estas superficies impedirán que se peguen los restos de comida después de la cocción, facilitando el lavado.
Después de cada uso, es imprescindible lavar el utensilio recubierto, pero primero habrá que dejarlo enfriar, ya que este cambio térmico puede deteriorar el antiadherente o deformar el producto. Luego, use agua tibia, esponja suave y jabón y evite estropajos, cepillos, esponjas y jabones abrasivos.
Para retirar restos muy pegados a la superficie, recomiendan poner la sartén en remojo con agua caliente y jabón durante 10 a 20 minutos; si no funciona, “prepare una pasta de bicarbonato de sodio, agua y vinagre; úntela en la sartén y deje reposar durante unos 30 minutos”, sugiere Claudia Giraldo.




















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